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Vicente Zito Lema - El Violinista del amor & Orquesta vol​á​til

by El violinista del amor & los pibes que miraban

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1.
ÁNGEL DEL ESPANTO Oh, alma de niño / cuerpo de la pobreza / Sombra mía / que te arrojas como el Ángel del Espanto desde la bóveda que tiembla Sonora igual que el fuego Hasta el pálido principio de los días… Oh, alma de niño Ángel del Espanto / sombra mía Que en el silencio nos señalas y vigilas Cada instante de la fugaz eternidad En vísperas de la agonía… Oh, alma de niño… Ángel del Espanto / sombra mía Desde antes de nacer / ya peligro y fugitivo Te han convertido en pesadilla… Tu soledad es áspera y marchita… Oh, alma de niño… Ángel del Espanto / sombra mía Caes del cielo igual que puro / eterno… La lluvia sobre la tierra hace de vos / lluvia sucia Isla sin ternura / grieta maldita Oh, alma de niño… Ángel del Espanto / sombra mía Eres oscuridad sin gracia Frente a la luz divina… Luz que no te alumbra / divinidad que no Te divina… Ni te arropa en su confín sagrado Entre las nubes quietas / mal dormidas… Oh, alma de niño Ángel del Espanto /sombra mía ¿Nada de lo humano / quedó de ti en mí? ¿Más que impiadoso / todo es ajeno…? Dinos: ¿qué nos espera, si siendo padecido Padeces, cuando ya ni los dioses pueden padecer…? Oh, alma de niño Ángel del Espanto / sombra mía Que te alzas pobre de las pobrezas En las noches y en los días ¿O no es de espanto El hueco de tus ojos El tajo de tu boca El vacío de tu lengua La espuma de tu fiebre Ese agrio sudor de tu cuerpo Que en los umbrales del infierno Todavía nos mira y sonríe…? Oh, alma de niño… Ángel del Espanto / sombra mía Cuerpo de niño / maravilla Ciega de la pobreza En la cruenta espera sin esperas Ni alivios Tan y tan / al fin Y de una vez El amor de tu mano Se transformó en cuchillo… Tu cuchillo que te hirió Tu sangre que al sangrar al otro Te heló… Oh, Ángel del Espanto ¿La muerte que besó tus labios también te arrancó del paraíso…?
2.
DESAPARECIDOS Ese hombre esa mujer no tienen rostro No tienen nombre (no son más que la cresta de una mar de ventura y nueva que penetra en la frontera de piedra apenas espuma que con los vientos regios siempre vuelve) Un grito se alza en la noche brilla en la espesura del silencio decae fugaz Después la sorpresa que abate la resistencia sin milagro el tamaño de la herida por el suelo ropas / fotos / libros rotos una cartera vacía El coche avanza por la calle impune nadie lo detiene todos saben Ese hombre esa mujer atados transpiran mucho respiran mal la pesadumbre / el miedo se ahogan tiemblan En ese mismo momento sucede en el mundo la belleza encuentros fortuitos / deseados / los instantes perpetuos de la vida Una niña en la puerta de su casa dice adiós la gota de lluvia choca contra sus labios hay un estallido de luciérnagas salvajes hay un desierto de esmeraldas fundidas Y de pronto la gran estrella polar la cruz del sur al oeste la vía láctea toneladas de arena incandescente el pequeño universo que un rayo de luz recorre en 300.000 años Todo el cielo es una sinfonía de promesas Pero ese hombre esa mujer no tienen rostro ni ojos ni oídos para las glorias Se abre una puerta A sus espaldas queda la ciudad del corazón dormido Una ciudad vencida Los secretos del crimen del horror se repiten en voz muy baja Pero ellos ese hombre esa mujer ya desnudos los escuchan vienen del techo del piso de las paredes están a su lado crecen como flores negras malditas como hongos pestilentes crecen Los escuchan ¿son humanos? ¿Son humanos esos juramentos fieles de más dolor y esas risas que les responden? (¿qué perversa alegría qué perturbada detención de la historia ocurre tras esas risas?) Y ahora el frío y ahora la ebriedad de una mala sentencia cumplida lentamente día a día sobre sus carnes abiertas (¡Y qué del alma! ¡Qué de esa inocencia primera que fue quebrada!) Ese hombre esa mujer sin fuerzas sin aliento casi la venda que los cubre el piso que los recoge su orín su fecalidad la oscuridad tremenda ellos sueñan Ese hombre esa mujer cualquiera de nosotros ni vivos ni muertos ni cielo ni tierra ni siquiera oasis apenas la precariedad del recuerdo Una gaviota levanta vuelo en el alba brumosa El aire se agita pero vuelve a ser eterno Ese hombre esa mujer esperan
3.
COMO EN UN TANGO para Ricardo Carpani y Doris Cuando yo te vuelva a ver ciudad Cuando cada uno de nosotros sin destino boyando a la deriva gruesa Cuando cada perdido en el mar o en el desierto con cansancio de perro y lengua hinchada Cuando estos tus hijos de mirada torpe Y corazón amargo Descreídos / tremendos / hastiados / llorones Casi vencidos A punto de entregarse Veteranos de duelos y de amores Parcos para el asombro / abundantes De lo que ya pasó Vacas viejas Timadores que no timan Aventureros de naipes marcados Héroes con mucho miedo en la mochila Y la luz sin pagar Y el gas cortado Aguardando una carta como si fuera el oro El llamado de alguien que nos diga: Volvé Te extrañamos mucho Tenés un lugar Los amigos preguntan por vos Todas las derrotas están saldadas Cuando yo te vuelva a ver ciudad Cuando cada uno de nosotros los que exiliamos Para seguir vivitos y coleando aunque ya no asaltáramos el tren a las estrellas Los que nos fuimos muriendo poco a poco Envejeciendo con odio o de vergüenza Los que estamos gritando pero afuera Mientras otros bien calladitos pero adentro Bajo tierra o bajo agua o Bajo nada Los que todavía no desempacamos y va para siete años Machacando a lo bestia que aquí siempre llueve Que aquí siempre demasiado calor Y que allá era eterna primavera Cuando yo te vuelva a ver ciudad Cuando cada uno de nosotros Camine por las calles de su barrio Se emborrache de luna o del jazmín que rebrota en sueños Busque en cada plaza el hilo de su infancia las latas de su infancia Y piense en los amigos que ya no tiene Y en la ilusión que tampoco acompaña Se sentará en algún bar junto a la ventana Pedirá ginebra / fumará su rubio o su negro despacito Y habrá alguna lágrima casi como en un tango.
4.
Épocas 04:17
ÉPOCAS Hay épocas en que la poesía se espanta de las almas benditas y de los espíritus sin mácula que cuentan estrellas ante las sombras del río... Hay épocas en que la poesía pierde la buena medida, el buen tono, la buena contemplación, el buen amor, el buen humor, la buena razón y el buen apetito con que los cuerpos abren las puertas del destino... Hay épocas en que la poesía llora en la noche con lágrimas de niño y dice adiós a la belleza sin estrépito, y corre hacia el infierno con botas de gigante para sus pies desechos... Hay épocas en que la poesía no duerme entre las sábanas almidonadas de la cultura, debe buscársela sonámbula y a los tumbos, casi ciega, entre tiros y gritos y pájaros de mal agüero, en noticias policiales... Hay épocas en que la poesía sólo conoce las prácticas subversivas y los métodos piqueteros (la cosa es: tomar por asalto el palacio de verano y el de invierno, o cortar las rutas, o cubrir de humo negro el cielo, o morir de pobre, en la soledad del silencio, como los elefantes mueren en los bordes de la selva) Entonces la poesía anda sin brújula, a saltos de mata, de un lado a otro, del mar a la meseta, mientras el otoño nos envuelve con su luz dorada y solo cambia que uno está más viejo... Hay épocas en que la poesía se plantea una última cuestión: ¿cuando lleguen los poetas del mañana, los que anunciarán la alegría, tendremos algo más para recibirlos que tumbas de inocentes sin justicia y la moneda de la vida jugada a cara o cruz...?
5.
VALIÓ LA PENA Valió la pena haber nacido Para seguir naciendo En el ángel del rocío Que anuncia la mañana… Seguir naciendo / sobre la tierra sagrada / en cada enjambre de lirios al pie del camino… En la palabra que es alma y fuego de todo lo vivo y nos vuelve humanos… soplo de poesía… Seguir naciendo en la música / la pura luz que ahuyenta el infierno aunque ayer mismo fue oscuro apenas triste silencio / pesadumbre que amenazó infinito… sin serlo… Ah música… Que despierta el alba de la noche Ah palabra… Que interroga la noche de los días… ¿Valió la pena haber nacido y navegado contra viento y marea aún sin barco, sin cielo, sin puerto, sin dioses ni destino… ya escrito en la piedra…? A la hora de los lobos… / cuando la soledad cruje la última verdad / el rostro ante el espejo es saber que el viaje fue dicha / y el instante fugaz amaneció eterno… Vicente Zito Lema Agosto de 2021
6.
LA NIÑA Y EL BARCO para Mía y Uma, mis nietitas que viven tan lejos… El barco va... de aquí para allá No subas al barco si vas a llorar El barco va... la niña subió El cielo era un río la niña rió... El barco va... la niña cantó Su canto era el fuego el sol se asomó... El barco va... la niña miró La luna dormía la niña durmió... El barco va... la niña viajó La vida es un sueño la niña soñó... El barco va... muy lejos llegó La niña asombrada del sueño bajó...
7.
MI CABALLO NEGRO ES BLANCO Mi caballo negro tiene el pelo blanco muy blanco como una llamarada de agua viva Mi caballo negro afila su hocico blanco para husmear las flores del suspiro blancas Mi caballo negro mueve veloz sus piernas blancas y altas tan altas que semejan una montaña blanca de eternidad Mi caballo negro es todo blanco en mil recuerdos igual que el viento… pasa y pasa / no deja de pasar… ¡Qué hermoso, mi hermoso caballo negro! ¡Qué hermoso es! Mi caballo negro galopa por la tierra blanca ve la tristeza y busca en la noche muy noche el paraíso blanco sin mal… Mi caballo negro vuela por el cielo blanco de nubes blancas Los ángeles blancos pasan sin verlo y así conoce la blanca soledad Mi caballo negro se pierde en la estrella blanca que parece de arena fina de tan blanca donde espera la niña de la gran sonrisa que le enseña a bailar… ¡Baila y baila! la niña sobre el caballo negro que baila por toda la estrella igual que la luz más que la sombra… Mi caballo negro es todo blanco ¡Qué hermoso, mi hermoso caballo negro! ¡Qué hermoso es!
8.
MILONGA DE LA MALA PESTE “La taba está en el aire El destino es sólo uno Unas veces cae suerte Otras veces cae culo” Tata Cedrón Milonga de la mala peste los que miran son de palo Sólo los que comen vidrio Niegan el cambio de mano Lo que sirvió ya no sirve el bicho desnudó al fantasma Milonga de la mala peste Los que mal viven / más mueren Siempre los descartados Milonga de la mala peste la luna se fue al carajo Aquí se salvan los perros los que muerden al de abajo Milongas y milonguitas Soñar, que no cuesta nada Cantan truco / ¡Hay retruco! Al envido / ¡Falta envido! A la Parca / ¡La esperanza! Hambre y peste / dura viene la mano Que nadie cierre los ojos / Milonga de la mala peste Los dados van por el aire Los días ya están contados Milonga de la mala peste La vida no tiene paga El dueño de la riqueza Juega con cartas marcadas Milonga de trampa y tramposos La taba le muestra el culo Al que escupe contra el cielo Milonga de la mala peste Hay luz de suerte / Mañana…
9.
LA CANCIÓN DE HAROLDO Para Haroldo Conti no dejes callar la música de tu corazón la muerte no calma la fiebre de estar vivo la muerte no es amor viento de octubre trae la vibración suave y dorada de otros días viento de octubre en una rama y lleva y lleva y desparrama sin tino las cenizas sobre la tierra aunque tiemble de gozo la tierra no es humana no dejes callar la música de tu corazón de un momento para otro llegará la nieve y aguas negras en el Norte me sorprenderán a mí no a los pájaros ¡ellos son tantos! se habrán marchado dejarán una estela moverán el cielo lo callado pesará como eterno por favor amigo nuestro deja que escuchemos la música de tu corazón le has pedido al ciruelo de tu puerta que florezca aunque no volvieras tú que florezca él ¿quién ha dicho que las flores calman a los muertos? la tristeza no es belleza la tristeza no es amor no dejes callar la música no dejes callar la música de tu corazón.
10.
PRELUDIOS DEL AMANECER In memoriam de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki La noche se presenta pálida y agónica, como un testigo de la eternidad. Tengo preguntas en la noche... La luna quiere saber de la mar: su estruendo la espanta. Enjambres de flores alucinadas increpan la desolación de la tierra: se marchitan. Los niños escuchan las respuestas de las vírgenes de la piedad: el hambre no tiene respuesta. Mil preguntas flotan en la noche. En el cielo del perpetuo socorro se alza una cascada de nubes rojas. Sé que la agonía de la noche es el comienzo de todas las agonías. Veo venir los soplos siempre agrios del dolor que se llama soledad. Sé que la eternidad de la noche es un espejo de la fugacidad del día. Escucho los pasos de la resignación. (Son de mi cuerpo, pero no son míos...) La voz de mi madre llega con la liviandad de un susurro, el viento del sur mueve las cañas de bambú y ella aleja la palidez de la noche. –Te conozco, hijo. Nunca te resignarás. Ya de niño preguntabas todo. –¿Por qué la muerte de esos cuerpos, madre, sangrando como ríos por la calle? –¿Por qué la muerte de esas almas, madre, ya secas como piedras, arrastradas como sacos de basura, en la estación de tren de Avellaneda? –¿Ellos que deseaban, hijo? –Uno se agitaba por el reino de la belleza... El otro pretendía la justicia del cielo aquí, en la tierra... –Ya tienes las respuestas sobre sus muertes, hijo... –¿Siempre será así, madre? Los cuerpos devorados en su vida… Las almas perdidas en su muerte… Los cielos de diciembre son espejos de sangre… –¿Siempre será así, madre…? –Tienes la respuesta en tu propia boca, hijo… No lo olvides: el que calla otorga. La noche avanza sobre el día, pálida y agónica. La única eternidad que se escucha es el silencio. De los muertos es la quietud de la muerte. De los vivos es la desesperación de la vida.
11.
LA CUESTIÓN POÉTICA I (La Piedra) Para conocer la poesía Comienza por elegir un lugar no habitual Cercano a una laguna O río Donde puedas lavar tu rostro Con gracia de niño Donde el suelo sea de arena para dibujar Una palabra Digamos piedra Después recogerás la piedra y con ella Defenderás la vida Esa noche la poesía dormirá contigo. II Nada a cambio de una gran memoria Nada que nos devore el alma La poesía no nace desde la corrupción Tampoco frecuenta el lecho De quien traiciona la vida III Palabra humilde que poco posees Álzate contra la muerte Palabra misteriosa que sales de la boca Álzate contra la fatiga de nuestros años Que la palabra detenga la oscuridad ¡Que la palabra detenga la pesadilla! IV Por lejos que te encuentres poesía La aventura de construir el mundo Estalla contigo una vez más A nuestro lado.
12.
DE LOS CIELOS Ya no bailo miro el cielo Fijamente el cielo He aquí lo que hago: Enfrentar Conocer Hablar con los cielos Con la muerte que allí duerme que allí baila La luz de un fósforo ilumina los cielos Bailo con mi muerte, con mi fósforo con mi cielo Con el cielo negro y con el cielo azul Con el cielo de la mañana clara y de la penumbra y de la lluvia y de los ojos de la hija del poeta Estoy desnudo desolado ante esa tierra vacía Mi cara brilla por la fatiga Día a día los chasquis del presagio Golpean en mi frente y me despiertan Grito sobresaltado A veces aúllo O gateo por la pieza y ronco como una mala bestia Y salto sobre la mesa y trato de romper los techos los cielos Trato de morder y masticar Todo lo que impide ver el cielo El cielo que cubre el verdadero cielo Donde vuelan los caballos Las tristezas Donde el hombre vuela entre caballos y tristezas ¿Qué hay detrás de los cielos? ¿Los recuerdos que me golpean quién los trae? ¿Hay en esta historia lugar para los sueños? ¿Es el cielo una estación de paso? ¿Una feria de ciegos? ¿Una selva cruel? ¿Esta pared sin puertas? ¿Adónde va ese compañero en la noche? ¿Qué lleva en su maleta? ¿Por qué corre furtivo? ¿Quiénes lo persiguen? ¿Por qué se detiene y mira el cielo…?
13.
Realidad 04:47
REALIDAD En recuerdo de Eduardo Bertozzi He visto la cuerda del ahorcado en los pasillos y dormitorios del gran vaciadero Y hoy mismo quedé quieto frente a dos enormes reses colgadas de los ganchos y chorreando sangre sobre el mármol de una carnicería Ya no se trata de decir si esas cosas son justas o no justas su razón y parentesco Lo que aquí importa es su realidad O sea: el hombre de la tensa cuerda en la garganta vive en el vaciadero Allí tiene su reino o barraca en esa tierra de la más brutal soledad y pesadumbre Allí puede pasear o correr o besar al inocente asesino que apenas se cubre con una frazada Y puede llorar asustado Y puede reír o blasfemar todo el tiempo necesario hasta que su alma y su cuerpo se conviertan en el alma y en el cuerpo de un ángel o de un demonio según las horas y los días pero no por eso dejará de alumbrar como un gran ojo en la bóveda Y eso obedece: A que puede aferrarse de las paredes como si esos ladrillos y ese cemento y esa cal fueran el vientre de una mujer de dulzura infinita O fueran el Dios que guía y sufre por nuestros actos Esa es la realidad: nuestro Dios y el cielo son celestes y bienaventurados porque están fuera del horror Y la historia es un perro rabioso que nos devora sin mayores duelos Y lo que el hombre que patalea en la cuerda sueña o grita son obstinadas resistencias son puños son hígados que se salen por la boca son soles en el jadeo Entiéndase: son montones de vida Una vida que puede más que la muerte Porque no la rechaza Porque no la teme ni tampoco la lambe o la servicia Simplemente le da un cuerpo le da los fríos y los calientes de su comida Y le da los límites de una conciencia Para que ella descanse a nuestro lado sin enfrentamientos En el vaciadero O en cualquier otro lugar desnudos Abierto a la intemperie Donde el sufrimiento es un hacha afilada y no una limosna Donde las reses colgadas de un gancho chorreando sangre no traen asco sino hambre Un hambre grande Grande como el pozo donde un hombre se interna todos los días para volver Más feroz, más destrozado y más inocente
14.
MATER (Vals de una rosa) Dedicado a las Madres de Plaza de Mayo ¿qué ha sido mi vida en estos años? ¿qué ha sido nuestra vida en el tiempo de la muerte? cada uno tendrá que desnudarse y rendir cuentas porque nada de buena eternidad puede levantarse sobre tierra podrida y deberá ser puro de roca el espejo y fértil de sinceridad la lengua y todos veremos nuestro rostro culpable pero no todas las culpas son iguales… el que huyó por no soportar los vientos del terror el que tapió su casa para no escuchar más sollozos el que se creyó seguro porque a él no lo tocaban y hasta ocupó la silla vacía del que se llevaron él no tiene en su frente el estigma de la sangre y aunque el silencio de los buenos haya dañado tanto como la cuchilla del asesino será el asesino quien habrá de pagar primero y lo repito: no me pidan piedad ni que regale el perdón ni que conduzca la paz hasta el umbral de mi enemigo yo no soy la dueña de la vida de mis hijos yo no soy la dueña de la aventura y el martirio de mis hijos sólo ellos podrán tener piedad y perdonar de ellos es la paz porque de ellos fue la fortaleza ha sido por nuestra debilidad que esta tierra se pudrió y estas aguas se alzaron y nuestras alegrías se corrompieron ha sido por nuestra debilidad que tocamos fondo en el horror y el horror bailó sobre los corazones ha sido por debilidad que la memoria es hoy real peligro pero a pesar del peligro ya no se desvanece ni declina como declina mansamente la luz en esta plaza aún no los he encontrado hijos pero buscándolos vuestra madre se ha encontrado mis hijos me han madurado mis hijos me han enseñado mis hijos me han hecho una mujer no se dejen vencer el calor de mi cuerpo ya los envuelve resistan la pesada eternidad del frío rechacen esa quietud que los invita hagan retroceder de sus bocas amadas el silencio yo los espero yo no los voy a dejar de esperar porque están vivos en mi espera porque para creerlos muertos tendrían que mostrarme sus cadáveres cadáveres que yo besaría y enterraría junto a una flor pero no junto a sus sueños y yo los llevaría enteros otra vez en mí hasta que pague lo suyo el asesino hasta que no vuelva a nacer otro asesino ¡de esta devastación casi infinita la nueva vida tiene que surgir! No siempre serán estos días una obligada tristeza y perfumará perfumarás vida como la sabia rosa más allá de nuestra precariedad y alumbrará alumbrarás vida como rosa de armonía en infinita provincia de luz / que protege / y calma hasta que la tormenta cebada cribada y negra se pierda de prisa tras la primera luna sin pena ni tampoco gloria vida si que aún entre agonías te prolongas nos invades ¡crece! no te detengas vida y todo corazón que envejece y todo corazón cargado de duelos y fatigas se abrirá a ti les guste o se resistan los perros de su pena y los del odio crece vida continúa rosa crece árbol del rosal entero crece aunque ya no sea mi mano la que te arrime el agua y podrán los cuerpos y sus nombres ser apenas un destello o un humo y podrán las ilusiones estrellarse contra el piso y en la boca secarse las palabras y convertirse en veneno la soledad pero tú vida seguirás con loca dulzura llamando a nuestra puerta seguirás obstinada y obstinada en esta plaza o en aquel jardín quitando las piedras y malezas para la nueva y siempre la erguida / breve / humilde y alta la tan fragante tenue muy tenue eterna rosa.

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Textos de Vicente Zito Lema. Música de Nicolás Esperante, excepto Ángel del espanto (N. Valdés), La canción de Haroldo (N. Galván) y La cuestión poética (inspirada en la canción tradicional asturiana En el pozo María Luisa).

Arreglos de todxs.

Grabado en Hasta Trilce durante 2021, excepto Épocas y De los cielos, grabadas para los discos colectivos Épocas (2017) y Signos (2019).

Producido por Nicolás Esperante.

Gracias a Regine, por todo.

credits

released September 3, 2021

Vicente Zito Lema - voz
Nicolás Esperante – piano, guitarra, banjo, trompeta
Nicolás Galván – saxos, clarinete, flauta, guitarra
Eduardo Renzi – batería y percusión
Alejandro Cabrera – acordeón
Daniela Augurio - contrabajo
Soledad Testagrossa - violín
Maite Unzurrunzaga – viola
Fernando Estrup - viola
Mariangeles Re – voz
Pablo Maillie - bajo
Nicolás Valdés – diseño gráfico

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El violinista del amor & los pibes que miraban Ciudad Autónoma De Buenos Aires, Argentina

Haciendo llorar a los niños desde 2009.

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